POEMA; Eva, Marilyn, Briggitte, Madonna, Naomi, Shakira/
María, Clara, Teresa, Edith, Bakhita, Chiara…
8
de marzo de 2008. Día Internacional de la mujer en clave de Pascua.
Via pulchritudinis
Via redemptionis
Via glorificationis
Son
futuro, fuerza, belleza, intuición
la
ternura de un fuego contenido
que
limpiará los restos de esa historia
salpicada
de odios y atropellos.
Son
esperanza de armonías contenidas
que
florecen en gestas de heroísmo
siempre
que encuentren la palabra
que
les diga quiénes son.
Mujer: Lo buscas entre sombras de
olivos y las lágrimas te ahogan la mirada….
-«¿Por qué lloras Mujer…? »
(¿Será el único habitante de este
huerto que no sepa lo sucedido en Jerusalén?
¿Cómo olvidarse de la única tumba
que guarda la Vida, la Fuente del Amor?
¿Quizá me pruebe?; ¿Sabrá que yo soy
la única que lo busca entre las calles?; ¿Le pregunto: “Has visto al amor de mi
vida?...”)
-«Si tú lo has escondido, dime dónde
está y lo buscaré… No sirve ya el
google… No existen buscadores que puedan encontrarlo sin el pálpito ardiente de millones de megas desde el corazón.
»¡Mujer, mujer! (dice ese…) Palabra gastada, anodina… ¿No se da cuenta de
que ya no hay rumbo? ¿Dónde encontrar el camino? ¿Queda alguna verdad, como
oyeron a Pilato hace tres días? ¿Por qué
Vattimo quitó el alcohol a la cerveza?
¿Puede llamarse café a lo que han
descafeinado los expertos en imagen?
»(Este me dice: «¡Mujer!»). Eva ya
no está en mí. Aquél Jesús me hizo
encontrar mi auténtico nombre arrebatado
por siete serpientes. Ahuyentó a mi Marilyn, Brigitte, Madonna, Naomi,
Shakira y así hasta siete famosas…
-«¡Mujer! ¡Mujer!....»
-«( ¡Uf! ¡Cosas de mujeres dicen ellos siempre!).
»Así hablan todos menos Pedro y
Juan. Los dos también esperan que Jonás regrese vivo desde el mar escupido por una ballena con la enseña de
Green Peace renovado; y caminará tres días por Nínive, New York, Amsterdam y va
a pasar bajo la Puerta de Brandeburgo donde el Consejo de Europa en pleno
quiere recibir al profeta en el centro mismo de Berlín. Todos se vestirán de sayal.
Cambiarán sus maquillajes mediáticos por el barro sobre sus rostros más
auténticos para que puede Él insuflarles de nuevo su Espíritu….
-«¡Mujer, Mujer!»
-« ¡Otra vez! (Si ya he dicho antes
que dejé de llamarme Eva, Naomi, Shakiria, Madonna, Marylin…)
-«¡María!, ¡María! ¡María!»
-« Pero ¿qué dice ahora?: ¡Nadie excepto Jesús sabía
pronunciar mi nombre así…!
»Si es Él…. Pero si soy yo...:
¡Raboni! (¿estaré soñando?)
(Me había parecido el jardinero, el
empleado del cementerio. Sí, aquel que sacó la plaza en la última legislatura
gracias a su carnet… El PENSUC -Partido del pensamiento único correcto- ganó
las elecciones y en el primer ejercicio ya lo contrataron en régimen vitalicio)
»Pero… ¿Estaré alucinando?»
-«¡María!»
-«Rabonni! ¿Eres tú?.... ¿María soy
yo?»
-« Tú lo dices…. María, Pero….
¡Suéltame que todavía no he marchado al Padre!»
-«Es verdad… Señor, pero dijiste una
vez que el Padre y tú sois uno…. Y Juan
me contó en el patio de la Ikastola cómo andaba buscando toda su cuadrilla el hogar aquella tarde, a las
cuatro, a las cuatro en punto…. Sí, cuando Andrés y él te preguntaron después de pasar mucho
corte: “¿Dónde vives?”
»Ellos continuaban siendo los hijos de Adán,
los exiliados del Paraíso y andaban por el mundo sin papeles… Sus padres habían
dejado ya la familia y el calor de la presencia de Yahvé: no conseguían
conversar con Él como antes, animados por la brisa de la tarde. Sólo caminaban
sobre el asfalto a la salida de los
pueblos de Castilla, buscando la “fresca”mientras discutían acaloradamente cada
domingo los resultados de la liga… después
llegaron la Eurocopa, y la Champions… se distrajeron tanto que dejaron de buscar
»Hasta que otro Juan, de piel
quemada bajo los ultravioletas del desierto (rechazó siempre las cremas y los
filtros de Herodías), enjuto en carnes por su dieta-ayuno- fitness: miel silvestre y saltamontes… Él mismo te
señaló con su dedo de bronce decidido: “he aquí el Cordero de Dios… Sí es aquél
del que os hablé, al que no soy digno de desatar ni la correa de sus sandalias…
Él estaba y está entre vosotros…. Camina por la Castellana, Five Avenue, la
Rambla e incluso por la Avenida de
Tolosa…. Y a pesar de eso… no le conocéis…
Aprendisteis en la catequesis de Ayete la canción ´Con vosotros está y
no le conocéis…´ Pero no habéis entendido nada hasta hoy las cuatro en punto de la tarde”.
»Sí, Juan y Andrés buscaban el
hogar, la Casa del Padre, conscientes de que Tú, su Hijo Mayor habías preparado
a cada uno la habitación más adaptada a su temperamento… Diseñó el color de las
paredes y hasta iba a sorprenderos con los pósteres favoritos. Intuían que en
la Casa de tu Padre (un secreto para las inmobiliarias… esto es off the record) hay millones de estancias donde caben todos, salvo los
especuladores. Me han dicho en la reprografía que tú invitas una piedrecita blanca con su nombre,
el de cada uno de esos millones y millones…: la clave sólo es conocida por el
convidado y el Esposo.
»Juan y Andrés te siguieron, vieron
dónde vivías y les pareció entrar en una nube luminosa, acogedora, íntima. Allí
oyeron la voz del Padre, dueño de la Casa: “ Este es mi Hijo… el amado” Cayeron entonces en la cuenta de lo que es un hogar.
»Al ver dónde vivías (Juan me contó todo el día que le dio por hablar...) y
cuál iba a ser la habitación de cada uno, se quedaron contigo toda la tarde y
de allí no se movieron jamás pues les examinaste sobre el Amor y aprobaron tu
master con las mejores calificaciones. El examen les resultó original: tus
respuestas, tu Respuesta, respondían a las preguntas que sus corazones
formulaban a diario y ninguno había sabido contestarles bien excepto tú: “Si alguno me ama, cumplirá
mis mandatos y mi Padre y yo vendremos y habitaremos en él”….
»Sí ese era el hogar, y por eso se
quedaron. Juan permaneció para siempre… “¿Y si quiero que este se quede a ti
qué?” Pedro y otros no entendieron, de momento, que “permanecer” va más allá
del no morir. Y comenzó a correr el cotilleo de que Juan no moriría nunca…
-«María… ¡Cuánto hablas! Aunque…
bueno… esto tampoco te lo ha revelado
nadie ni de carne ni de sangre…»
-«Rabonni: Yo no te soltaré y casi
entiendo, perdona mi osadía, por qué te vas al Padre… Te oyeron decir que donde
están tus discípulos allí estás tú y sin separarse nunca de ti, el Padre (“Donde
yo esté estén ellos conmigo…”)
»Sé que no te pueden asir mis manos,
pero no encuentro otro modo de expresión. Sé que estás a mi puerta y llamas.
Esta vez no te haré esperar… aunque me haya lavado los pies después de barrer
el suelo terroso de mi casa buscando la moneda de dos euros para el pan; aunque estuviera ya descansando entre sábanas
de hilo cubierta también por el edredón
que compré en Finlandia en los tiempos de Erasmus… me levantaré, te abriré mi
puerta y tú cenarás conmigo: ¡Dichosos los invitados a la Cena del Señor!,
¡Señor, no soy digna! ¡Di una sola Palabra…de verdad, va en serio, con una me
basta»
-«¡María!»
(Rafael Hernández Urigüen)
(Rafael Hernández Urigüen)